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¿Cómo hacer café sin cafetera?
¿Todavía podemos disfrutar de una taza de café sin cafetera? ¡Sí, claro que sí!
La gente disfruta del café desde el siglo XV. Según la historia antigua, los monjes fueron los primeros en experimentar el café como bebida.
Machacaron las cerezas de café y luego agregaron agua hirviendo para crear una infusión que los mantendría despiertos durante las largas oraciones.
No fue hasta casi 400 años después que se inventó la primera cafetera para la venta. Desde entonces, hemos dependido de estos aparatos eléctricos para preparar nuestra dosis diaria de cafeína. ¿Podemos seguir disfrutando de una taza de café sin la comodidad de una cafetera?
La respuesta es sí. ¡Definitivamente podemos! Y aquí hay algunas opciones que puede probar:
El método tradicional
Si te quedas sin energía eléctrica en tu ciudad, aún puedes preparar café sin usar una cafetera eléctrica. Prueba el método de la vieja escuela para preparar tu taza de café favorita: ¡todo lo que necesitas es café, una cacerola, agua y fuego!
- Hierve un poco de agua. Llena una cacerola con agua y usa aproximadamente una onza más de la proporción habitual para tener en cuenta la evaporación y la absorción. Coloca el sartén en la estufa (o una fogata si estás en la naturaleza) y ajusta el fuego a medio.
- Agregue la cantidad deseada de café una vez que hiervas el agua. Por lo general, es una cucharada por cada 200 cc de agua, pero agrega una cucharada extra si deseas algo más fuerte.
- Revuelve la mezcla de vez en cuando después de cada 45 segundos.
- Retira del fuego inmediatamente después de unos 4 minutos de hervir. Espere a que se asienten el café molido.
- Sirve y disfruta . Vierte lentamente el café en un recipiente. Puedes usar un colador o un cucharón para asegurarte de que los posos no caigan en la taza de café. Disfruta de tu café negro, con leche o azúcar.
Elaborar al estilo turco
El café turco es un método popular de preparación en muchos países árabes. La técnica produce esta infusión espesa y espumosa con un sabor más fuerte, pero que gusta a muchos. El tamaño de la porción habitual es pequeño, por lo que a veces se coloca en tazas de espresso.
- Hierve un poco de agua. Comienza con 250 cc de agua en una olla y colócala a fuego lento.
- Agrega tu café (y azúcar). Agrega una cucharada colmada de café. También puedes optar por agregar azúcar si quieres un poco de dulzura a tu café. No revuelvas el contenido.
- Baja el fuego después de 2 minutos. Revuelve la mezcla y déjala hervir a fuego lento durante unos segundos más.
- Quita la espuma cuando la veas flotando en la parte superior de la mezcla de café. Retira la olla del fuego, saca y transfiere la espuma a las tazas para servir. Vuelve a poner la olla al fuego y espera hasta que se forme espuma nuevamente. Repite el proceso hasta que tengas suficiente espuma.
- Sirve y disfruta. Vierte el café lentamente en los respectivos recipientes. Deja que el café repose durante unos 2 minutos antes de consumirlo para que los posos puedan hundirse hasta el fondo.
¡Embólsalo!
Si estás familiarizado con las bolsitas de té (por supuesto que lo estás), el siguiente método es algo similar. Pero en lugar de usar hierbas y flores secas, tenemos café dentro de un filtro de tela o papel bien sellado. Este método puede requerir más esfuerzo, pero el resultado lo vale.
- Agrega café en el filtro. Coloca el filtro sobre una superficie plana y agrega tu café adentro. Por lo general, 2 cucharadas colmadas son suficientes, pero puedes agregar más.
- Sujeta los extremos del filtro con una cuerda o cordel para sellar la "bolsa de café".
- Empapa la bolsa de café en tu taza agregando una pequeña cantidad de agua caliente suficiente para saturar toda la bolsa. Deje reposar durante 30 segundos. Agregue más agua a la taza de café y deja reposar durante 3 a 4 minutos.
- Servir y disfrutar. Retira la bolsa y disfruta de tu café tal cual, o con azúcar o leche.
Si decides preparar más bolsas de café listas para preparar con anticipación, puedes hacerlo. Solo asegúrate de mantener las bolsas de café en un recipiente hermético para preservar la frescura.
Conclusiones
Hoy en día, las cafeteras ya no son electrodomésticos esenciales en el hogar o en la oficina, especialmente porque tenemos cafés y tiendas locales que se adaptan a nuestras necesidades diarias de café sobre la marcha.
Además, con los avances en la tecnología y la importancia de la conservación de la energía, ahora se nos brinda una lista aún más extensa de alternativas. La prensa francesa y los conos de vertido manual no requieren electricidad cuando necesitas preparar una taza. Los cafés instantáneos están ampliamente disponibles en las tiendas de comestibles.
Entonces, si alguna vez tu cafetera favorita deja de funcionar repentinamente, o tal vez quedes atrapado en una cabaña en medio de un bosque helado y necesites mantenerse despierto para protegerte de los osos, ¡no te estreses! Todavía es posible preparar café sin una cafetera.
Acerca del autor
Yker Valerio (he/him) is a freelance content creator. After more than 10 years of working as a management consultant, he started his blog Bon Vivant Caffè to share his passion for specialty coffee.